Reproducción literal  de la entrevista publicada en el diario de ibiza de hoy al Presidente de la cofradía.

–¿En qué año se creó la cofradía?
– En 1957, cuando se aprobaron los primeros estatutos.

–¿Con cuántos cofrades cuenta?
–Es difícil de precisar porque hay dos censos, uno al que denomino ´irreal´ que es de unos 230 y uno real que son un centenar, los que salen cada año.

–¿Censo ´irreal´?
–Hay gente que está dos años sin venir porque está fuera… Los que acuden a la procesión y participan son un centenar.

–¿Qué novedades presentan este año?
–Cambiamos parte del hábito: El color es siempre igual, blanco y rojo, lo que ocurre es que la capa, el cinturón y la cruz del capuchón pasan a ser de terciopelo rojo y no de tela. Además, el sábado [por mañana], como se cumplen 70 años de la donación de la imagen del Cristo de la Sangre, saldrá a la calle en procesión.

–¿Cuál es el elemento más preciado de la cofradía?
–Todos los enseres de la cofradía tienen un gran valor por un motivo u otro, pero para mí el elemento más preciado es la nueva corona o aureola, que se bendijo en el año 2007, que lleva doce perlas del collar con el que se casó mi madre. Es muy especial para mí.

–¿Cómo es la relación con el obispado?
–El nuevo obispo ha dado bastante empuje a la Semana Santa y a la cofradía. En dos palabras, la relación con el obispado es cordial y fluida. Ha potenciado las procesiones individuales, cada uno tiene un día en el que puede salir. La procesión del Viernes Santo puede evolucionar algo, porque hay cada día más imágenes y gente, pero más o menos se mantiene.

–¿Cambiaría algo de la Semana Santa de Ibiza?
–En la junta de cofradías hemos comentado alguna vez que estaría bien terminar la procesión del Santo Entierro juntándonos todos en Vara de Rey, en la zona del reloj. Se sugirió hacer una nueva imagen de un Cristo Resucitado y la posibilidad de que alguna parroquia pudiera poner en marcha una cofradía con esa imagen.

–¿Cree que la Semana Santa ibicenca tiene sufiente potencial como para ser un atractivo turístico?
–Personalmente nunca lo he visto como algo turístico, pero es indudable que el 90 por ciento de la procesión transcurre en un ´marco incomparable´, como suelo decir a veces en broma, que es Dalt Vila. Empecé a los cuatro años en la cofradía, por lo que llevo ya en ella 41 años, y nunca he salido de Ibiza por estas fechas, pero no me imagino muchos lugares como este para una procesión.

–¿El futuro de la cofradía está asegurado?
–Totalmente, tenemos gente muy joven.

–¿Desde cuándo es presidente y por qué?
–Desde septiembre de 2006. Entonces falleció mi padre, Antonio Serra, que era presidente desde 1982. Yo ya hacía tiempo que iba a las reuniones en representación suya. No tenía intención de ser presidente pero la junta directiva me apoyó muchísimo y gracias a ellos hemos remontado un poquito.

–¿La tensión y el trabajo que supone estar al frente de la cofradía impide vivir la Semana Santa como un cofrade o fiel más?
–Además de tu trabajo de todos los días, tienes que coordinar a mucha gente que tienes detrás. Un representante de la junta directiva acude a las procesiones de cada una de las cofradías, casi cada día, además está nuestra procesión del sábado [mañana], La Borriquita el domingo… y después Viernes Santo. Nada más terminar ya empiezas a pensar en la del año próximo.

–¿Cree que hay competencia entre las cofradías?
–No, no lo creo, jamás hemos tenido un problema con nadie y espero que jamás lo tengamos. Hay gente que dice que hay envidias entre cofradías pero no es cierto, al menos por mi parte